Junto a la cruz de Jesús estaba su madre, y la hermana de su
madre, María, esposa de Cleofás, y María de Magdala.
Jesús al ver a la Madre, y junto a ella, a su discípulo al que
más quería, dijo a la Madre: "Mujer, ahí tienes a tu hijo". Después dijo al discípulo: "Ahí tienes a tu madre".
Desde ese momento, el discípulo se la llevó a su casa.
Después de eso, sabiendo Jesús que ya todo se había cumplido,
dijo: "Tengo sed". Y con esto también se cumplió una profecía. Había allí un jarro lleno de vino agridulce. Pusieron en una
caña una esponja llena de esa bebida y la acercaron a sus labios. Cuando hubo probado el vino, Jesús dijo: "Todo está cumplido".
Inclinó la cabeza y entregó el espíritu.
(Juan 19 : 25 - 30)